La lagartija es un símbolo de renovación, agilidad y resiliencia. Espiritualmente, representa la capacidad de adaptarse a nuevas circunstancias con facilidad y fluidez, moviéndose entre diferentes fases de la vida con destreza. Su habilidad para regenerarse, perdiendo y renovando su cola, es vista como un recordatorio de que podemos dejar ir lo que ya no nos sirve y renacer de manera más fuerte y eq.
También está asociado con la conexión con el mundo instintivo y la intuición, alentándonos a escuchar y confiar en nuestra sabiduría interna. La lagartija nos enseña la importancia de la transformación continua y la flexibilidad en el camino espiritual, mostrándonos que siempre podemos reiniciar y crecer, sin importar los desafíos.
La piedra luna es un cristal de energía suave y mística, profundamente conectada con la intuición, las emociones y los ciclos naturales de la vida. Representa la energía femenina divina, fomentando la introspección, la calma y el equilibrio emoción.
La piedra luna también se relaciona con la energía lunar, promoviendo la creatividad, la empatía y la armonía. Como talismán, se cree que protege a los viajeros y fomenta el amor, la fertilidad y la conexión.
